Vuelta de Obligado

Recordando la batalla de la Vuelta de Obligado, y por medio de la Ley n.º 20.770, el Congreso de la Nación instauró en 1974, el 20 de noviembre como Día de la Soberanía Nacional. La batalla de Vuelta de Obligado, el 20 de noviembre de 1845, el ejercito argentino enfrentó a la armada anglofrancesa que aspiraba a obtener la libre navegación del río Paraná para auxiliar a Corrientes, provincia opositora al gobierno de Rosas.
Sin embargo, la flota extranjera venció y logró adentrarse en el río; pero la una gesta histórica argentina permitió que se consolidara definitivamente el concepto de la soberanía nacional.

Referencia histórica
Inglaterra siempre tuvo interés por el comercio con América del Sur. Para la expansión de su actividad económica reclamaba la libre navegación de los ríos. Rosas no estaba dispuesto a aceptar esta exigencia. Al mantener el control de la navegación y de las recaudaciones aduaneras perseguía varios propósitos: engrosar el tesoro de la provincia; lograr el apoyo de los comerciantes porteños favorecidos por su política; ocasionar perjuicio a sus opositores de las provincias del litoral; ejercer presión económica sobre Paraguay para que éste terminara por incorporarse a la Confederación; influir sobre la política seguida por Uruguay y por Brasil.
A partir de 1842 se reanudó un conflicto interno en la Banda Oriental, y Rosas intervino apoyando a uno de los bandos. Esta decisión del gobernador de Buenos Aires provocó la reacción de Francia y de Gran Bretaña y la decisión de una intervención conjunta en el Río de la Plata.
Para Gran Bretaña, la posibilidad de una acción coordinada entre la Banda Oriental y Buenos Aires significaba la anulación de la división política en el Río de la Plata —impuesta por su mediación con la creación, en 1826, de la República Oriental del Uruguay como Estado independiente—. Los intereses británicos se veían gravemente amenazados por el peligro de una política conjunta de los dos países que controlaban el comercio y la navegación en el río de la Plata. Los intereses de los comerciantes ingleses en Montevideo y en Buenos Aires no eran los  mismos. Pero los dos grupos se beneficiaban con la navegación pacífica del río de la Plata y con la “apertura de los ríos interiores” (el Paraná y el Uruguay) al “comercio internacional” anglofrancés.
Cuando en 1843 Oribe inició el sitio de Montevideo, luego de haber derrotado a Rivera en Arroyo Grande, la flota argentina al mando de Guillermo Brown que en 1842 venció a la escuadra adversaria mandada por Garibaldi y en 1843 bloquea Montevideo por orden de Rosas, bloqueo que la intervención británica hizo fracasar ya que en 1845, se vio forzado a regresar a Buenos Aires obligado por las escuadras europeas a firmar un documento por el que se comprometía a no continuar en esa Campaña. La defensa de la ciudad quedó al mando del general Paz que formó legiones de extranjeros. Un representante inglés y uno francés de intentaronmediar para poner fin a esta situación. Rosas, lógicamente, rechazó la mediación.
El comandante de la escuadra inglesa en el Atlántico actuó por su cuenta y desconoció el bloqueo. Florencio Várela partió a Europa en representación de Rivera y de la “Comisión Argentina” compuesta íntegramente por unitarios para gestionar la intervención armada contra el gobernador de Buenos Aires.
En esta oportunidad, también Brasil intervino en el conflicto a favor de sus propios intereses. A mediados de 1844 propuso a Gran Bretaña una acción conjunta contra Buenos Aires para eliminar la influencia argentina en la Banda Oriental y establecer la apertura de la navegación de los ríos interiores. Esta “apertura” era necesaria, declaraba, para poner fin al aislamiento del Paraguay.
Finalmente, el gobierno inglés también decidió intervenir con el objetivo de lograr la libre navegación de los ríos y mantener el equilibrio rioplatense según el tratado de 1828 frente a las pretensiones de incorporar la Banda Oriental al poder de Rosas, o sea de la Confederación Argentina.
En setiembre de 1845 el representante inglés declaró el bloqueo al río de la Plata. En abril de ese año, naves inglesas y francesas habían bloqueado el puerto de Buenos Aires. Entretanto, el caudillo oriental Manuel Oribe —con el apoyo de Rosas— mantenía sitiada la ciudad de Montevideo por tierray mar desde 1843, Buenos Aires sitiaba por el río las costas de la Banda Oriental.
Pero las naves inglesas desconocían el bloqueo de las naves porteñas y permitían el aprovisionamiento de Montevideo. A mediados de 1845 y después de un ultimátum, las fuerzas navales británicas y francesas capturaron a la Escuadra de la Confederación Argentina y la obligaron a fondear en el puerto de Buenos Aires. Meses más tarde se propusieron remontar el río Paraná, para poner en práctica el objetivo de la libre navegación de los ríos interiores.
Rosas no estaba dispuesto a permitirlo y preparó la defensa, que resultó heroica. En la Vuelta de Obligado sobre el río Paraná, el 20 de noviembre de 1845, en una larga batalla en la que sufrieron numerosas pérdidas materiales y humanas, las fuerzas militares y navales porteñas intentaron impedir el paso de las naves extranjeras.

FUENTE: http://historiaybiografias.com/